Para homenajear esta fecha os regalamos este artículo y dos fotos de los ensayos de este fin de semana. Los trajes son de una gran belleza. En las manos llevamos los ya famosos velos de seda. El conjunto es espectacular en el escenario.
El 29 de abril el Comité Internacional de la Danza (ITI-UNESCO) celebra este acontecimiento desde 1982, en honor al coreógrafo y bailarín francés Jean Georges Noverre, cuyas aportaciones tuvieron gran influencia en las generaciones posteriores.
Hace un año iniciábamos una reflexión sobre este día y su relación con la Danza Oriental. Así mismo, hablábamos de la necesidad de profesionalizarla y de realizar producciones artísticas de gran calidad para poder ser valorados como un género capaz de estar a la altura de cualquier otro.
Para la Compañía Al-Andalus Danza, dirigida por Nesma, este ha sido un año fructífero en muchos sentidos, especialmente por la proyección internacional que está viviendo, con la actuación en la Biblioteca de Alejandría en Julio de 2007, y por la Gira Egipto 2008 que se iniciará en Alejandría el 29 de Junio y que finalizará el 12 de Agosto, tras haber estrenado mundialmente el espectáculo Sueños de Al-Andalus en la Ópera del Cairo, un marco magnífico para una obra artística que, sin duda, va a ser un referente en el ámbito de la danza oriental y andalusí.
En esta semana en la que se celebra la danza en un festejo universal, los miembros de la Compañía estamos ensayando duramente, para poder cumplir con los compromisos adquiridos con instituciones como la Ópera del Cairo, o la Biblioteca de Alejandría… la disciplina será nuestra mejor contribución a este día.
Sin embargo, este año me gustaría dedicar el Día Internacional de la Danza a aquellas bailarinas que un día vieron truncados sus deseos e ilusiones a causa de una enfermedad o accidente, o se vieron imposibilitadas a proseguir sus estudios por cualquier otro motivo.
Nosotros que amamos tanto la danza, ¿podemos hacer el ejercicio de imaginar cómo sería nuestra vida sin ella? No se trata de ser pesimistas, ni mucho menos, sino de apreciar convenientemente lo afortunadas que somos por poder disfrutar de este arte y seguir aprendiendo día al día lado de nuestros maestros.
Cada vez que alguien nos brinde la ocasión de pisar las tablas de un teatro para bailar en solitario o con las compañías a las que pertenecemos, debemos estar muy agradecidos y aprovechar la oportunidad. Como cada instante de la existencia humana, este será un acto único e irrepetible. Es el momento de darlo todo como artistas y disfrutar al máximo bailando como si fuera la última vez. Si lo hacemos desde esa perspectiva todo cobra a tu alrededor un significado diferente. De repente, el miedo a hacer el ridículo o la vergüenza que a veces nos coarta, o los convencionalismos, dejan de ser un obstáculo y empezamos a mostrarnos tal cual somos. Y tu capacidad de comunicarte con el público es mayor, pues te muestras dispuesto a “desnudar” tu alma ante un montón de extraños.
Por eso, esperemos que este año tengamos muchas ocasiones de disfrutar encima de un escenario.
Hace un año iniciábamos una reflexión sobre este día y su relación con la Danza Oriental. Así mismo, hablábamos de la necesidad de profesionalizarla y de realizar producciones artísticas de gran calidad para poder ser valorados como un género capaz de estar a la altura de cualquier otro.
Para la Compañía Al-Andalus Danza, dirigida por Nesma, este ha sido un año fructífero en muchos sentidos, especialmente por la proyección internacional que está viviendo, con la actuación en la Biblioteca de Alejandría en Julio de 2007, y por la Gira Egipto 2008 que se iniciará en Alejandría el 29 de Junio y que finalizará el 12 de Agosto, tras haber estrenado mundialmente el espectáculo Sueños de Al-Andalus en la Ópera del Cairo, un marco magnífico para una obra artística que, sin duda, va a ser un referente en el ámbito de la danza oriental y andalusí.
En esta semana en la que se celebra la danza en un festejo universal, los miembros de la Compañía estamos ensayando duramente, para poder cumplir con los compromisos adquiridos con instituciones como la Ópera del Cairo, o la Biblioteca de Alejandría… la disciplina será nuestra mejor contribución a este día.
Sin embargo, este año me gustaría dedicar el Día Internacional de la Danza a aquellas bailarinas que un día vieron truncados sus deseos e ilusiones a causa de una enfermedad o accidente, o se vieron imposibilitadas a proseguir sus estudios por cualquier otro motivo.
Nosotros que amamos tanto la danza, ¿podemos hacer el ejercicio de imaginar cómo sería nuestra vida sin ella? No se trata de ser pesimistas, ni mucho menos, sino de apreciar convenientemente lo afortunadas que somos por poder disfrutar de este arte y seguir aprendiendo día al día lado de nuestros maestros.
Cada vez que alguien nos brinde la ocasión de pisar las tablas de un teatro para bailar en solitario o con las compañías a las que pertenecemos, debemos estar muy agradecidos y aprovechar la oportunidad. Como cada instante de la existencia humana, este será un acto único e irrepetible. Es el momento de darlo todo como artistas y disfrutar al máximo bailando como si fuera la última vez. Si lo hacemos desde esa perspectiva todo cobra a tu alrededor un significado diferente. De repente, el miedo a hacer el ridículo o la vergüenza que a veces nos coarta, o los convencionalismos, dejan de ser un obstáculo y empezamos a mostrarnos tal cual somos. Y tu capacidad de comunicarte con el público es mayor, pues te muestras dispuesto a “desnudar” tu alma ante un montón de extraños.
Por eso, esperemos que este año tengamos muchas ocasiones de disfrutar encima de un escenario.
Desde la Compañía Al-Andalus danza os deseamos un Feliz Día de la Danza 2008.
Cristina Cancela
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